En punto

puntualidad en el teletrabajo

Hace mucho tiempo aprendí que lo más preciado que tenemos en la vida es el tiempo. El tiempo, el dichoso tiempo, no sólo es limitado, sino que es desconocido: nadie sabe cuánto le queda. Cada segundo que pasa está perdido y no podrá ser repuesto. ¡Así de valioso es! Tan valioso que no podemos comprar tiempo en ningún lado.

Y aun cuando todos sabemos lo anterior, todavía existen bolivianos (demasiados) que se enorgullecen de nuestra tan famosa “hora boliviana”… pero todo va a cambiar por un motivo: el teletrabajo.

Un elemento fundamental en el teletrabajo (que es el término como se conoce al trabajo a distancia utilizando herramientas tecnológicas) es la puntualidad. Sí, la puntualidad es tan importante que a veces me sorprende como en la mayoría de las charlas y seminarios de “cómo teletrabajar” ésta se menciona tan poco.

Cuando se teletrabaja se pierde el sentido de cercanía con las partes del negocio. El enlace que se tiene con un cliente es tan débil, tan débil, que basta un clic (literal) para cortar la relación comercial. Ese momento que se hace clic en el botón de “salir de la reunión” puede transformarse en dejar responder correos a alguien, dejarlo “en visto”, bloquearlo y listo, ¡adiós negocio!

Y ahí entra la puntualidad. Hoy por hoy, si tienes una reunión, ésta se llevará a cabo vía videoconferencia, la cual fue pactada a una hora en punto. Si alguna de las partes se atrasa, alguien que no quiere perder su tiempo se saldrá de la reunión porque no es lo mismo que pararse frente a todos e irse, ¡es muchísimo más fácil! Un clic, ¡así de fácil!

Nadie tiene tiempo para perder y no existe forma más absurda de hacerlo que frente a una pantalla esperando a los demás. Así que para tu próxima reunión virtual, asegúrate de estar en punto, porque posiblemente sea la oportunidad de tu vida y cuidado que por practicar “la hora boliviana” la pierdas, recuerda: Tu tiempo es limitado, no lo gastes esperando.