El honor de un Scout es ser confiable

Primer escrito sobre cómo un Dirigente Scout debe vivir la Ley Scout original.

¡Qué difícil es confiar en alguien! ¿No? Sin embargo, créeme, si algo debe hacerse y justo un Scout dice que lo hará, ten la seguridad que terminará hecho. Pero no solo eso, si alguien quiere saber qué pasó en alguna situación específica, desea conocer la famosa “verdad de los hechos”, y un Scout fue testigo o protagonista del acontecimiento, ten la seguridad que lo que él o ella diga, es la verdad sin atisbo de duda. ¡Sí! ¡En serio! Un Scout es confiable, tan confiable que pone su honor en eso.

Y cuando leemos el anterior párrafo nos imaginamos a niñas, niños y jóvenes ejecutando tareas encomendadas en un campamento; o nos imaginamos que se les pregunta sobre algo que pasó en una reunión de sábado; o pensamos que, mientras caminan por un bosque, se cuentan entre ellos secretos que no saldrán de ahí. ¿Verdad?

¿Y qué pasa con los dirigentes Scout? ¿Cómo deben vivir este artículo de la Ley Scout? ¿El honor de un Dirigente Scout también es ser confiable? Porque no nos olvidemos que ellos también son Scouts… y que sus palabras y acciones nos acercan o alejan de tener un mundo mejor.

Un requisito fundamental para ser Dirigente Scout es ser confiable. Nunca, ni por asomo, un Scout debe desconfiar de su dirigente… Si él o ella ha prometido que irán de excursión, aunque un solo Scout aparezca, ¡van de excursión! Si él o ella ha dicho que estará en algún lugar a las 2 de la tarde en punto, no hay duda de que realmente estará ahí a esa hora, ¡ni en sueños falla! Si él o ella les ha dicho a todos sus Scouts que la próxima reunión traerá las insignias del anterior campamento, ¡los Scouts saben que deben llevar hilo y aguja para cocerlas!

Sí, un Dirigente Scout no falla a su promesa, no falla a sus Scouts… y, menos, falla a los padres de familia, ¡nunca!

Todos conocemos, lastimosamente, esos Dirigentes Scout que no se les puede confiar nada. Que siempre deben ir acompañados de otro dirigente porque, sencillamente, no es confiable. Entonces, ¿cómo esperan que una mamá o un papá entregue a su hijo a alguien que no es confiable? ¡Ni en sueños! No solo es difícil que lo haga, sino que es hasta peligroso.

Si un Dirigente Scout no falla a su promesa, no falla a sus Scouts, ni a los padres de familia… y, menos, a la sociedad, al mundo, ¡nunca!

Y es que un Dirigente Scout no solo va los sábados a “divertir” a sus Scouts, ¡no solo eso! Un Dirigente Scout se mueve en el mundo, seguramente los más jóvenes estudian de manera sobresaliente y, más que seguro, los Dirigentes Scout más viejos ya trabajan en el mundo real y cada día son, deberían ser, el ejemplo de lo que es un hombre o mujer confiable: Esos pocos raros por los cuales uno puede poner las manos al fuego, de esos que se sabe que son buenos en lo que hacen, que no fallan, que sobresalen y que uno se pregunta dónde y cómo fueron educados, sin saber que la respuesta se resume, en parte, a una palabra: escultismo

La realidad es que la confianza se gana… se gana mostrando a los Scouts que uno no falla, mostrando a los padres de familia que uno no falla, mostrando al mundo que uno no falla: Siempre puntual, siempre organizado, siempre educado, con todo pensado al detalle, con una actitud de seguridad en lo que uno mismo hace, con presencia, cultura y educación como para hablar con cualquier papá, mamá, presidente o rey.

¿Eso significa que un Dirigente Scout realmente no puede fallar? ¡Claro que puede fallar! Es humano, tan humano que de lo único que podemos estar seguros es que fallará. Es por eso que un Dirigente Scout nunca debería estar solo, porque ahí donde uno puede fallar, el otro no lo hará… es por eso que es tan importante un equipo de dirigentes para manejar una Unidad Scout… no solo para aligerar el trabajo, sino para que juntos, en equipo, no fallen y provean la confianza necesaria a los Scouts, a los padres de familia, a la comunidad y al mundo.

¿Saben? Ser Dirigente Scout es hermoso, pero, así como dice el tío de Peter Parker: “Un gran poder implica una gran responsabilidad”. La responsabilidad de ser confiable y que nadie dude nunca ni de tus acciones, ni de tus palabras… y, tal como decía la Ley Scout original, si te equivocaras, solo queda dejar de ser Dirigente Scout, entregar tu insignia e irte.

Recuerda: El honor de un Dirigente Scout es ser confiable.

      

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