¿Y mañana Cochabamba?

Las «personas» que ayer buscaron entrar a la ciudad, esas que atacaron Cochabamba del este, oeste y sur, no pudieron traspasar ni los bloqueos, ni las ganas de democracia, de la gente. A Cochabamba todos son bienvenidos, pero este es nuestro hogar y si nosotros queremos parar, ¡pues paramos!

Nadie acá pelea por un político, ¡mucho menos por un partido! Los cochabambinos somos de ideas, los cochabambinos somos de héroes, los cochabambinos somos de libertad, pero sobretodo, somos de paz.

Ayer trataron de entrar a la ciudad, nuestras pititas y llantitas resistieron, resistieron porque ninguna pititta, ninguna llantita, llegó sola al punto de bloqueo… cada grano de arena que está ahí fue llevado, acomodado y protegido por una mujer u hombre cochabambino. Ayer patearon a mujeres, a niños y niñas, a ancianos, no les importó nada ni nadie… vinieron con petardos preparados para hacer daño, cargados de palos, llenos de rabia… pero se olvidan una cosa, se olvidan una cosa muy importante: Vinieron a nuestros hogares, a nuestros barrios… atacaron a los que son sus clientes, los consumidores de sus productos y servicios, a sus propios compatriotas y muchas veces amigos. ¿Quieren moverse? ¿Quieren trabajar? ¡Háganlo! Pero respeten el hogar de los demás y el derecho que tiene cada uno de nosotros, de cada boliviano, a no trabajar y, de forma pacífica y ordenada, a protestar parando.

Ayer no pudieron entrar y eso los enojó aún más. No pueden entender cómo es posible que esa gente a la cual llaman “jailones”, “culitos blancos”, “hijitos de papá” hayan podido contener tanto odio de su parte, tanto racismo y clasismo de su parte. ¿Saben por qué no pudieron entrar? Porque nuestra piel tienen el mismo color que la de ustedes, porque acá también hay gente pobre o gente rica como ustedes, porque también trabajamos para el día como el 60% de ustedes… porque somos iguales que ustedes… ¡porque somos ustedes!

Ayer no pudieron entrar y eso los enojó aún más. Y dice que se organizaron en la noche, algunos hasta se prepararon adecuadamente para el segundo ataque, y decidieron darle “con todo” a Cochabamba… Se reunieron por Sacaba, ya no los de ayer, sino que ordenaron a todos los de por ahí venir. Se reunieron por Quillacollo, hasta mineros en volquetas aparecieron escoltados por policías y cargados con dinamita. Se reunieron en la zona sur, fueron llamados por sus dirigentes y fueron extorsionados con desconocerlos o multarlos. Así, ¿quién se atreverá a decir no?

¿Y van a atacar? ¡Seguro que sí!

Si pudiera hacer entender a todos, a todos los que están acá en mi ciudad que entren a sus casas, que hoy hagamos una movilización diferente, que actuemos inteligentemente, ¡que nadie salga! Ellos llegarían a patear aire (literal), irían gritando para nadie en las calles (literal), votarían sus cachorros de dinamita al vacío (literal)… y después de pensar que tomaron Cochabamba, de pensar que nos hicieron retroceder, a las horas, al día siguiente, en el peor de los casos en 2 días, ellos se irían porque acá no tienen nada, no tienen agua ni comida, no están en sus casas, no están bajo su techo, no está su familia ni a la gente que ellos aman… lo único que estaría acá sería el silencio de la gente que pacientemente e inteligentemente espera a que ellos, mandados por sus dirigentes llenos de odio, se vayan. Y después, cuando ellos hayan vuelto a sus hogares, nosotros saldríamos nuevamente y paralizaríamos la ciudad, nuevamente.

No se habría perdido ni un día de paro, porque ellos hubieran parado a Cochabamba por nosotros.

Pero tengo la sensación que eso no va a pasar, esta locura no va a parar hasta que alguien muera. Y cuando tengamos un caído, sin importar de donde sea porque será boliviano, yo les prometo que NUNCA MAS las cosas volverán a ser iguales.

Yo les recuerdo que: Yo cada día necesito transportarme, ellos cada día necesitan transportar pasajeros. Yo cada día necesito comprar alimentos, ellos cada día necesitan vender lo que producen. Yo cada día necesito de ellos, ellos cada día necesitan de mí. Lo único que ni yo ni ellos necesitamos todos los días es un político o dirigente, pero los políticos y dirigentes necesitan cada día de nosotros… porque si no, ¿a quién mandarían a destrozar los hogares de los que hoy son sus enemigos y que ayer fueron sus amigos y clientes?

Dos personas con ansias de poder, apoyados por dirigentes que viven mejor que sus dirigidos,  supieron cómo enfrentar a más de 10 millones… eso es hoy Bolivia, eso es hoy Cochabamba, y eso no se olvidará nunca en el futuro.

¡Qué impotencia!

¿Y mañana Cochabamba? Mañana, ¿cómo continuaremos?

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