El poder del voto

El voto, el dichoso voto, es un acto tan simple, tan rápido, que muchos de nosotros no nos damos cuenta lo importante que es UN voto. Muchos pensarán que es importante para los candidatos ya que ellos serán los elegidos, pero en realidad es importante porque no elegimos personas, sino elegimos cómo queremos (o deseamos) que nuestro país sea en el futuro.

Imagínense que el país es una gran bola de acero que está rodando rápidamente, ahora imagínense que un voto es una pequeñísima piedra en el camino de esa bola de acero. Una pequeñísima piedra mueve mínimamente a esa bola, posiblemente imperceptible, pero la mueve… y si muchas piedras se ponen en el mismo lugar, la bola cambiará de dirección. De la misma manera, si retiramos las piedras, la bola continuará su curso.

¿Quieres cambiar la historia de tu país? Ve y vota… o no votes… hagas lo que hagas, o dejes de hacer… tu voto, se realice o no, influirá en el futuro de todos. ¡Así de importante eres! ¡Así de importante es tu voto!

Por eso, cuando estés en el recinto electoral, ahí solo, justo a punto de marcar la papeleta, piensa que tu futuro, el de tu familia, el de tus hijos y el de todas las personas que están cerca de ti, está en tus manos. ¡Así de importante eres! ¡Así de importante es tu voto!

¿Alguien puede quitarte ese poder? Pues no, lo han intentado, incluso pareciera que lo han logrado, pero hoy todavía podemos votar y elegir.

Dos hechos a tomar en cuenta

Cada vez que alguien me dice que las elecciones que vienen están arregladas, que no importa por quién uno vote ya se sabe quién será el ganador, recuerdo dos elecciones pasadas que se demostró lo contrario.

La primera elección de la cual les hablo se dio en el año 2013 y era para Gobernador del Beni después de que el Gobernador electo renunció porque el gobierno lo acusó de corrupción. El partido de gobierno hizo todo para que su candidata, una ex reina de belleza, gane. En su forma acostumbrada de hacer las cosas, el partido oficialista gastó muchísimo dinero, movió muchísima gente, estuvo apoyada por ministros, Presidente y Vice-Presidente del país, pero igual perdió. Recuerdo bien que aun cuando todo indicaba que había perdido, personeros del gobierno insistían en esperar resultados oficiales, pero al final perdió.

La segunda elección de la cual les hablo se dio en el año 2016 y era un Referéndum para modificar la constitución para que el Presidente y Vice-Presidente puedan postularse en las siguientes elecciones nacionales. Nuevamente, en su forma acostumbrada, se gastaron muchísimo dinero, hicieron propaganda de toda forma y trataron de convencer a todo el pueblo boliviano de que vote a favor del cambio en la constitución, pero perdieron. No la podían creer, más aún porque el Presidente gozaba de una buena aceptación, había pasado un poco más de un año de cuando ganó con más del 60% las elecciones nacionales, pero perdieron. Perdieron por poco, 48.7% contra 51.3%, incluso el Vice-Presidente inculcó el término “empate técnico”, pero al final perdieron.

Aun cuando, pasado el tiempo, el partido de gobierno terminó al mando de la Gobernación del Beni y de que los mandatarios en cuestión sí se están postulando a las elecciones nacionales que se avecinan, en ambos casos gracias a sus mañas, en las dos elecciones como tal perdieron.

Y lo anterior son dos hechos, dos datos, que ningún boliviano debería pasar por alto. Puede que al final se hayan salido con la suya, ¡pero perdieron esas dos elecciones!

¿Por quién voto?

Para mí la cosa es simple, ¡muy simple!

Lo único que me hace igual a cualquier otro boliviano es el valor de mi voto. No importa con que boliviano me compare, si es hombre o mujer; rico o pobre; obrero, campesino u oficinista; mi voto vale igual que el de ellos. Por tanto, yo decido el futuro de mi país y el futuro de la gente que amo, con la misma incidencia que la decide cualquier otro boliviano.

Pero, siendo realistas, lo anterior no es verdad. Hoy por hoy mi voto no vale tanto como antes porque ha sido devaluado, lo que elegimos entre todos los bolivianos en la última elección, en el famoso Referéndum, no ha sido respetado. ¡Y eso no tiene perdón!

El momento en que el actual gobierno decidió no respetar la decisión de todo un país, ¡dejo de respetarme a mí como persona! Puso el valor de dos bolivianos por encima de más de 10 millones… eso que dicen que solo fueron la mitad, que fue “empate técnico”, no existe en elecciones porque TODOS votaron y, por tanto, TODOS eligieron… incluso eligieron aquellos que no votaron o votaron en blanco o nulo.

Hoy, en estas elecciones que vienen, estamos en un punto de inflexión en Bolivia. Es un momento histórico porque lo que estamos eligiendo este domingo no es quien será nuestro próximo Presidente, sino que estamos eligiendo si es que vamos a tener el poder de elegir el destino de nuestro país en el futuro… estamos eligiendo si nuestro voto servirá o no para algo… y si se respetará o no lo que decidamos los bolivianos.

¡Debemos recuperar el poder de nuestro voto!

Así que la decisión es muy simple: O votas por el primero en las encuestas y aceptas que él es dueño de tu vida y tu futuro… O votas por el segundo en las encuestas y buscas ser el dueño de tu vida y tu futuro. No votar, votar nulo, blanco o por cualquier otro es apartarte del camino y dejar que el que desconoció tu voto en el pasado, decida por ti en el futuro.

Este domingo no estamos votando por un plan de gobierno, tampoco estamos votando por una persona, ni siquiera estamos votando por un futuro económico estable (que no creo que ocurra)… este domingo estamos votando para recuperar el valor de nuestro voto, y si no lo hacemos bien, no importa lo que pase en el futuro, tu nunca más podrás decidir nada porque, simplemente, nadie hará caso a lo que tu quieres… habrás perdido tu poder de decisión.

Y dime, ¿dejarás en el poder a los que te quitaron tu voto o demostrarás que tú puedes cambiar el curso de la historia?

Piensa mucho antes de marcar.

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